Una vez hubo una red que mantenía el mundo atrapado al otro lado.
El viento la traspasaba, y el sol de la mañana.
El canto del grillo tejía la madrugada entre sus vacíos.
Y ella temblaba con rubor ante la tormenta lejana, el aguacero o el llanto, igual daba.
Sostenía el mundo atrapándolo entre sus manos
Los silencios de la red lo liberaban.
El mundo es dentro y fuera.
La red ayer fue ceguera, hoy pentagrama.
AjC
AjC
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